Conclusiones clave
- La Comisión Europea propone que USB-C sea el único puerto/conexión de carga en un futuro próximo.
- La carga USB-C no es exactamente universal en este momento y requeriría mucho trabajo y colaboración para abordarla.
- La "desvinculación" de los accesorios de carga de los nuevos dispositivos electrónicos supone una gran carga para el consumidor.
La Comisión Europea está intentando que USB-C sea el estándar para todos los dispositivos electrónicos en el futuro, pero no estoy seguro de que lo haya pensado bien.
Según la declaración de la Comisión, esta propuesta tiene como objetivo reducir los desechos electrónicos y minimizar las molestias para los usuarios. Si tiene éxito, USB-C se convertirá en el nuevo puerto de carga universal para dispositivos electrónicos, y las empresas deberán proporcionar información sobre el rendimiento de la carga. Los nuevos dispositivos electrónicos también dejarían de incluir cargadores en el paquete de forma predeterminada.
Es probable que estos pasos reduzcan el desperdicio de cables de carga obsoletos con el tiempo, ayuden a los consumidores a evitar gastar dinero en el accesorio equivocado y eviten que se formen pilas adicionales de cables. Entiendo estas intenciones, y creo que vale la pena apuntar a ellas. No creo que sea una mala idea, sino todo lo contrario, pero no estoy convencido de que vaya a funcionar como espera la Comisión.
El lado tecnológico
La carga USB-C se usa cada vez más con los dispositivos electrónicos más nuevos, lo que hace que el cambio a ser el formato universal parezca sensato. Sin embargo, actualmente no es tan claro como simplemente hacer que todo use USB-C. Como señala Digital Trends, no todas las empresas de electrónica tratan el USB-C de la misma manera.
Algunas computadoras portátiles incluyen puertos USB-C, pero no los use para cargar; en su lugar, opte por cables y conexiones patentados. Otros se pueden cargar de cualquier manera, pero la carga a través del adaptador de marca de la empresa es más rápida.
Aún así, otras computadoras portátiles dependen de USB-C para cargar, pero solo funcionarán con cargadores USB-C patentados. Si bien la Comisión Europea en cierto modo aborda esto, afirmando que "… ayudará a evitar que diferentes productores limiten injustificadamente la velocidad de carga", ese no es el único problema.
No todos los dispositivos se construyen de la misma manera cuando se trata de cargar. Los requisitos para una pieza de hardware no coincidirán necesariamente con los de otra, lo que resultará en un rendimiento cambiante inconsistente.
Algo de esto podría posiblemente ajustar la configuración de energía de un dispositivo, pero no es una solución garantizada. También es poco probable que todos los usuarios sepan cómo hacerlo, y no todos los dispositivos electrónicos tienen configuraciones que los usuarios pueden cambiar.
Si se aprueba la propuesta de la Comisión, la industria deberá implementar estos cambios dentro de los 24 meses. Incluso en mi forma más optimista, dudo que todas las empresas de tecnología puedan asegurarse de que todos los dispositivos funcionen de la misma manera con cada cable USB-C para 2023.
El lado del consumidor
Tengo mis dudas sobre cuán beneficioso sería todo esto para el consumidor promedio también. La propuesta requeriría información de carga más específica de los fabricantes y "desagregar" los cargadores de las ventas electrónicas. Una vez más, la Comisión predice una reducción de los desechos electrónicos y cajones llenos de cargadores adicionales, y soy escéptico.
Para ser claros, el objetivo vale la pena. Reducir el desperdicio y evitar acumulaciones no deseadas de accesorios inútiles es algo bueno. Mi incertidumbre surge del enfoque.
Es la separación de los cables de carga lo que me hace levantar una ceja en este caso. Entiendo que la compra de productos electrónicos puede dar lugar a una acumulación de cargadores integrados. Pero no incluir cargadores con nuevos dispositivos electrónicos me parece un paso en falso.
Los compradores podrían llegar a casa por error sin una forma de encender su nuevo dispositivo. Podrían creer que su cargador USB-C universal en casa funcionará con su nuevo juguete, y luego resulta que no es así. O, en el nivel más básico, algunos consumidores percibirán esto como tener que pagar más por un accesorio vital que debería haber venido con el dispositivo en primer lugar.
Tomar medidas para reducir los desechos electrónicos y al mismo tiempo hacer que los muslos sean más fáciles para los consumidores es un objetivo encomiable. Creo que las intenciones de la Comisión son buenas y no creo que la propuesta en sí misma sea algo malo.
Sin embargo, también creo que hay muchos más factores a considerar antes de continuar con esto. Muchas pequeñas cosas pueden causar grandes dolores de cabeza si no se toman en cuenta desde el principio.