Fácilmente arruinarás una gran imagen si la comprimes demasiado o con demasiada frecuencia. La compresión en la fotografía digital es una poderosa herramienta de gestión de imágenes, siempre que la técnica se utilice con cuidado.
¿Qué es la compresión?
La compresión reduce el tamaño de cualquier archivo en una computadora, incluidos los archivos de imagen. Sin embargo, para las fotografías, la compresión no siempre es buena porque la compresión puede afectar la calidad de la imagen.
Diferentes formatos de archivo de fotografía en cámaras DSLR y computadoras aplican diferentes niveles de compresión. Cuando una imagen se comprime en una cámara o hay información sin computadora en el archivo, y se reducen los detalles más finos de color, contraste y nitidez.
Con un formato de compresión como el que se encuentra en un archivo JPEG, cabrá más archivos en la tarjeta de memoria de la cámara, pero también sacrificará la calidad. Los fotógrafos avanzados evitan la compresión capturando archivos RAW, a los que no se les aplica compresión. Sin embargo, para la fotografía general, la compresión que se encuentra en los archivos JPEG no es un inconveniente significativo.
Notar compresión
Es posible que la diferencia en los formatos de compresión no se note en la pantalla LCD de la cámara o incluso en el monitor de una computadora. Es más evidente cuando se imprime una imagen, especialmente si está ampliada. Incluso la calidad de un 8 pulgadas por 10 pulgadas se degrada con demasiada compresión. Sin embargo, si solo está compartiendo una foto en las redes sociales, la pérdida de calidad a través de la compresión no es suficiente para que se note.
Compruebe la configuración de su DSLR para asegurarse de que no está comprimiendo la imagen de manera predeterminada.
Cómo funciona la compresión digital
Un sensor digital captura mucha más información de la que el ojo humano puede procesar. Por lo tanto, parte de esta información se puede eliminar durante la compresión sin que el espectador se dé cuenta.
El mecanismo de compresión busca áreas grandes de color repetitivo y elimina algunas de las áreas repetidas. Esas áreas se reconstruyen en la imagen cuando se expande el archivo, a través de un proceso de interpolación.
Los dos tipos de compresión de imágenes
Los dos tipos de compresión son sin pérdida y con pérdida, y significan exactamente lo que parecen.
Lossless Compression - similar a crear un archivo ZIP en una computadora. Los datos se comprimen para hacerlos más pequeños, pero no se pierde calidad cuando el archivo se extrae y se abre a tamaño completo. Una imagen que ha pasado por una forma de compresión sin pérdidas es idéntica a la imagen original. TIFF es el formato de archivo más utilizado que usa compresión sin pérdidas.
Compresión con pérdida: funciona descartando cierta información, y el fotógrafo puede elegir la cantidad de compresión aplicada. JPEG es el formato de archivo más utilizado para la compresión con pérdida. Permite a los fotógrafos ahorrar espacio en tarjetas de memoria o producir archivos adecuados para enviar por correo electrónico o publicar en línea. Sin embargo, cada vez que abre, modifica y luego vuelve a guardar un archivo con pérdida, un poco más de detalle desaparece irremediablemente.
Consejos para evitar problemas de compresión
Evite perder la calidad de las fotografías debido a la compresión:
- Dispara en RAW si tu cámara te lo permite. Compre tarjetas que contengan más información si tiene limitaciones de espacio. La memoria RAM ahora es barata y es asequible comprar tarjetas de memoria de 64 GB o más.
- Guarde sus archivos de imagen terminados y de trabajo como TIFF. Después de convertir una imagen del formato RAW, guárdela en un formato de archivo sin pérdidas y guárdela de forma segura. Utilice la compresión JPEG en una copia de la imagen original para compartirla.
- Dejar de guardar sobre archivos JPG. Cada vez que abre y vuelve a guardar un archivo de compresión con pérdida como JPEG, pierde calidad de imagen.